martes, 4 de diciembre de 2007

"la dolce vita" vol.2











Realmente no podemos afirmar con rotundidad que el cielo esta más cerca en San Pedro, pero lo que si podemos asegurar es que acá se puede vivir como los dioses. Nuestra rutina, los diez primeros dias de nuestra estancia en San Pedro, transcurría sin sobresaltos. En la mañana; si hacía sol, tal vez un baño en el lago, después un buen desayuno en la terraza que veis en el video y, sobretodo, la concienzuda, religiosa y árdua práctica del hammacking y la lectura. En la tarde, trás una buena comida y una eventual siesta, con la temprana caida del sol, fotografiábamos seres extraños que venían a ocupar nuestro rincón del jardín. Orugas, mosquitos monstruosamente grandes o ratas como perros pequeños - de las que supimos que se denominaban taquazin y viene a ser como una zarigüeya-, eran los habituales. Adjunto también las fotos a este "album de la tranquitidad" que permitió que reposaran nuestros huesos cansados.
Trás el reposo de diez dias, no solo nuestros huesos, también nuestro espíritu reclamaba actividad. La encontramos en dos tours que realizamos en los arededores del propio San Pedro.



1 comentario:

Anónimo dijo...

Veieu, tants "bitxets" menjats els primers dies del viatge, al final, vulgueu o no, afloren... fins-hi tot veieu gats on no els hi ha...

Una abraçada...