lunes, 17 de diciembre de 2007

del cañón a León







Lo primero que descubrimos y lamentamos de Nicaragua, es que -pese a ser considerado tercer mundo-, no es mucho más barato que el resto de centroamérica. El hecho que nos impulsa a entrar en Nicaragua por Somoto es la visita del Cañon del rio Coco, entre El Espino y Somoto. La visita consistió básicamente en un paseo por el lecho del rio, de escaso caudal, hasta la parte que veis en la foto, la más estrecha. Encontramos a un "nica" que intenta vendernos un tour, pero ni por economía ni por equipo accedemos. Aún asi, el chico nos informa de que la parte mas estrecha del cañón tiene unos cinco metros de ancho por doscientos de alto y diecisiete de profundidad en el agua.
Trás la visita del cañón, partimos hacia Estelí y de allí para León. En este trayecto ya se hace evidente un fenómeno que habíamos notado pero que no podiamos obviar más: ya no había indigenas! Bueno si los hay; hay indigenas, hay negros y hay ladinos -blancos-, pero todos juntos, mezclados, "mestizados". Cuando estuvimos en Chiapas y Guatemala observamos que la presencia indigena era muy fuerte, y más aún, que estos conservaban usos y costumbres con el único contacto comercial con los "jkax'lanetik" (estrangeros, ladinos y mestizos; de hecho, todo aquel que no es indigena), en el fondo se trataba de la superposición de dos sociedades. En nuestro breve paso por El Salvador y Honduras intuímos algo, pero ya en Nicaragua se ha hecho evidente. El calor el Sol y la gente son puro Caribe. Yo no estuve en Cuba, pero no debe diferenciarse mucho. La gente quiere hablar contigo, y por supuesto presentarte a sus hermanas. Han aparecido "mi amol", "puta!" y "la berga!", lo que hace que estemos más cerca de vivir en un culebrón. Nicaragua, por el momento, un pais con conciencia, entidad y saaaaaalsa!
León en concreto, ha conseguido atraparnos un poco. Nos alojamos en el albergue, un lugar económico pero de pequeñas camas. En el encontramos gente tan maja como peculiar. Amaru y Abraham, son los conserges de dia y noche respectivamente; ambos merecerian una entrada del blog sólo para ellos. También encontramos a Don Jorge -como le dice Abraham-, Georg; un austriaco que lleva cuatro semanas en el alberge estudiando español -algo que no se le da nada mal-. Al parecer el alberge también es un lugar frecuentado por grupos de colavoracionistas y voluntarios; alfebetización, protección medioambiental, etc.
Posiblemente mañana dejemos León dirección Granada. Todos sabemos que las comparaciones son odiosas, pero como no hacerlas. Os seguiremos informando desde estas calurosas Navidades!

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