Sí, finalmente llegamos a Guatemala, unpais que es mucho más grande de lo que sus fronteras indican. La inaudita región, hoy país, de Belice había pertenecido históricamente a Guatemala, como ya sabeis. Chiapas, frontera de Mexico con Guatemala también perteneció a esta última y como dicen los guatemaltecos; "¡se la robaron!". Esto no es una cuestión de opinión política, varios millones de indigenas mayas son prueva de ello.
Nuestra entrada a Guatemala nos condujo directos a la Isla Flores, en el Lago Peten Ítza, cerca del Parque Natural de Tikal. Eso veniamos a ver,el parque natural y las ruinas de Tikal. Y eso hicimos en la excursión más demencial que habiamos realizado hasta entonces. A las tres y media de la mañana suena el despertador del móvil. Antes de poder abrir los ojos del todo estamos metidos en un micro en el que seguimos durmiendo, como una hora. Cuando llegamos a la entrada del parque, todavia denoche, nos recibe una versión guatemalteca del sargento de hierro que nos arranca definitivamente la somnolencia y nos pone firmes. Después de caminar unos veinte minutos a oscuras por el bosque, llegamos al templo. Allí nos encontramos con unos cincuenta turistas intrépidos como nosotros que buscan una experiencia única -que solo van a compartir con cincuenta personas!-. Se nos invita a guardar silencio, pero nadie advierte que los flashes de las cámaras son inútiles cuando haces fotos a la salida del Sol, ?. Las vistas ya las veis, increibles! Y el audio! Trás la salida del Sol, nos vamos con un reducido grupos de cuatro hispanohablantes -dos italianos y nosotoros dos- con un guia local que nos explica las ruinas, la fauna y la flora, bastante bien. Tikal mantiene un encanto que otros yacimientos no tenian. Hay, todavia, edificios -o mejor dicho, tumulos- sin excavar ni restaurar y otros que se ven a madio devorar por la selva, como veis en la foto. También podeis ver lo apañadita que se puede dejar una piramide después de estar abandonada en la selva durante unos 800 años.
Visto Tikal, visto flores y a seguir la ruta; hacia Semuc-Champey, en el corazon de Guatemala. Esto tenía pinta de ser una auténtica aventura, aunque nunca hubieramos imaginado hasta que punto!!